Y de todo lo que me dijiste cuando
te bajaste de aquel autobús temblando
ya no quedan ni la intenciones,
solo restos de palabras, letras,
una mano que se aparta cuando
nota el inminente roce de la mía.
Otro puto beso en la mejilla
me declaro incompatible con la vida.
Cada vez me das pasiones más pequeñas,
insignificantes trozos de tus días.
Me conformo solo con mirarlos
o esconderlos en el fondo de mi armario.
Me pregunto cuánto tiempo necesita uno
para olvidarse del otro,
¿bastará con unas cuantas vidas?
Ya no quedan ni las intenciones,
solo restos de palabras, letras..
Me conformo solo con tocarlas
hasta deshacerlas como heladas.